De boca a boca
Y de encargo en encargo,
Así fui separándome,
Mi lengua se contaminó,
Atravesó el esófago
Y al estómago llegó,
De ahí a la sangre
Y al hambre de relación,
Recorrió mis venas
Me sumió en la desolación,
No sabía vivir sin ella
Su sensación fuerte y bella,
Una luz en la oscuridad
Un pinchazo de humildad
La euforia el bajón,
No respiraba sin el fuerte latido
Tan intenso de su corazón,
Que me impregna con su olor,
Lloré su pérdida
Como todo mi honor,
Ya no era persona
Un esqueleto en lo que nada asoma
No había solución,
Estaba delgado malnutrido
Sin amigos y recluido,
Era el justo precio del subidón
La multa era la muerte
Salto de altura y de ventana
Corté de raíz todo problema
Lanzando las poesías tan lejos
Que no me alcanzasen
Hasta que mis dedos fuesen viejos.
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