Recuerdo haberme ya arrepentido
Muchas veces en el camino
Pero sin duda esta que os cuento
Ocupa el primer puesto:
Habláronme una de aquella tardes
En las que frente al ordenador
Perdía yo mi vida
Suspirando por algo mejor,
En aquel sitio, aquella esquina sin acera
Yo me hice a mi mismo
Del bajo a la azotea,
Así conseguí mi nombre
Por el cuál hoy tú me conoces
Y mi sorpresa cuando un amigo
Quiso presentarme otro estilo,
Digamos que era algo nuevo
Aunque en mi afán de conocer
Ya tenía yo mis ojos en cualquier cosa
Que cierto valor pudiese tener,
Me preguntó si no habría problema
Y yo le dije que salvo algo inalcanzable
(Por lo que ya no lucho)
No había otra cosa
Que no fuese mutable,
Debió ver en mi contestación
Un tono dulce de incomprensión,
Me ahogaba el no poder decirle la verdad
Porque en un primer momento
Nadie piensa en la realidad
Sino un mundo de ensueño,
Quizá por eso no llegó a conocerme
Ya que yo la quería
Y ella no estaba por creerme.
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