Entro en el bar de la esquina
Un escalofrío recorre mi espina
Contraste al traste
Del calor al frío,
Rápidamente me meto en el ambiente
La búsqueda permanente
Y el fallo frecuente,
Me acerco a la barra
Le pido al dependiente,
Espero tranquilo
Busco lo mejor, como dijo Esquilo,
Al poco me traen lo que he pedido
Cojo la servilleta por debajo
Y me dispongo al tajo
Pero ojo con lo que cojo
Que mis dedos rozan espanto
Y mis sentimientos mojo
Yo los ojos levanto,
Una mirada tras esos cristales
Lleva los párpados en negro
Y el alma en blanco,
Viste color de cielo,
Su pelo llama mi atención
Es más que alarmante
Recogido con un brillante
La piedra preciosa ella la lleva por delante,
Una sonrisa adictiva
Suave y atractiva,
Salgo del establecimiento
Me dejo llevar por el viento
Imagínate haber nacido en otro tiempo,
Ella veintitrés
No estoy al revés,
Nunca pierdo la cabeza
Ni con una cerveza
Volver al día siguiente
Ya es una certeza,
Mi sonrisa permanente
En mi mente se barajan los veinte
Es muy distante
Pero yo miro hacia delante
Y en estos pensamientos llega el día siguiente,
Por suerte se conocen a este cliente
Ya saben lo que quiero
Aunque siempre oculto algo,
De vuelta a casa ya me salgo
En mi cabeza son historias locas
Casi todas imaginarias
Y reales pocas.
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