Dime
Lázaro
Dónde
escondes el reloj de la vida,
Eres tú
el dueño del tiempo
Donde la
luna nos mira
Entre
nubes de escarlata
Asoma su
cara de niña,
Poco
menos que paradisíaco
Es el
fruto de su amor
Creí
elevarme con su primer abrazo
Nos
sentamos, y caí dormido en su regazo,
Soñaba yo
con entrelazarnos en versos
Mi pluma
no quería escribir
Y ella me
llenaba de besos
¿Qué más
le podía pedir?
Si ya lo
tenía todo,
Esperé
hasta ver el amanecer,
Hablando
en voz alta
Le cuento
al viento
Cómo era
el ayer del resentimiento
Y de cómo
poco a poco
Fui
haciendo amistad con el tiempo
Para
intentar convencerle
De que se
detuviese por un momento,
Pero las
manecillas avanzaban
Y las
temperaturas bajaban
Pocas
cosas importan cuando tienes
Lo que
hasta los dioses añoran.
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